viernes, 27 de abril de 2007

Alfredo "El Flaco" Rifourcat

Esteban Pogany, Luis Malvárez, Sergio Marchi, Osvaldo Coloccini, Daniel Riquelme, Blas Armando Giunta, Leonardo Carol Madelón, Norberto Ortega Sánchez, Alberto Federico Acosta, Víctor Hugo Ferreyra, Daniel Ahmed, Pedro Larraqui, Néstor Gorosito, Alfredo Rifourcat, Oscar Tedini, Carlos Castagneto y Flavio Zandoná.

1998. El fax con la lista de la Copa Libertadores de América ya había sido enviado a la AFA por uno de los cadetes que trabaja en las oficinas de San Lorenzo de Almagro. Y la ilusión ya estaba en marcha

A raíz de ciertos desplantes con la comisión directiva ya no estaban en el club jugadores de la talla de Walter Perazzo, José Luis Chilavert y Darío Siviski, pero el presidente había hecho un esfuerzo muy grande para traer a otros como Gorosito, Acosta, Ferreyra, Coloccini, Pogany y Rifourcat.
Rifourquééé?
Alfredo “El Flaco” Rifourcat, no se de dónde viene ni adónde va pero tiene un apellido divertido así que lo vamos a bancar.

Y así fue, ese año San Lorenzo llegó a las semifinales de la Copa Libertadores y Rifourcat se convirtió en ídolo del Ciclón.

Hector “El Bambino” Veira, por ese entonces técnico de San Lorenzo había dicho de él: “El Flaco tiene una gran personalidad, puede jugar hasta en Vietnam.”

Cuando le preguntamos a Blas Giunta qué opinaba del Flaco, nos sacudió una tremenda patada en el esternocleidomastoideo que nos dejó sin habla durante 45 minutos mientras se alejaba cantando
”Shunta, Shunta, shunta, guevo, guevo, guevo…”

El ex jugador inglés William Shankly manifestó: “Mucha gente piensa que el fútbol es un juego de vida o muerte, pero es mucho más importante que eso.”

-“Pero William, te preguntamos sobre Rifourcat…”

-“Rifourcat? I don ‘t know Rifourcat.”

-“Fuck you William”

-“Tatcher fuck you and your country.” Y nos fuimos a las manos.

Rifourcat siguió haciendo estragos en San Lorenzo y la hinchada cada vez lo quería más. Llegué a escuchar todo tipo de conclusiones de los fervientes fanáticos azulgranas: “Si trajeran un aplausómetro para medir el nivel de aceptación de la hinchada de la Universidad de Notre Dame con Rudy, el pequeño jugador de fútbol americano que nos hizo piantar un lagrimón a más de uno, y la gloriosa hinchada de San Lorenzo al ser nombrado el Flaco por la voz del estadio, seguramente habría que ponerse en detallista… y si nos ponemos en detallistas nos daremos cuenta que la película de Rudy está basada en un hecho real y, como en las películas basadas en un hecho real se exagera todo, seguramente Rudy era del tamaño de Nelson de la Rosa y los aplausos eran sólo de su familia… de esta manera yo pienso que el Flaco terminaría llevándose todos los honores….un saludo a todo Aldo Bonzi, en especial a toda mi familia…globo puto, corrés en todos lados…”


Domingo 5 marzo de 1989. 17:22 hs. Provincia de Corrientes. 41 grados de sensación térmica (dicen que fue ahí donde el Bambino tiró la frase: “…acá hace un calor de locos, hasta Tarzán se insoló…”). El match entre el local Mandiyú y San Lorenzo de Almagro recorría su minuto 25 del primer tiempo cuando Osvaldo Rifourcat va a trabar una pelota con el uruguayo Ricardo Kanapkis. Crack!!!!. Kanapkis se miró el pantalón para ver si estaba roto. Por suerte no. Rifourcat se miró la pierna para ver si estaba rota. Por desgracia si. Diagnóstico? Triple fractura de tibia y peroné. Los médicos fueron optimistas con su recuperación: “No va a poder volver a jugar.”

Y así fue, con los ahorros que tenía el Flaco se puso un parripollo que fundió a los dos meses y después dos canchas de paddle que cerraron a las tres semanas. Ahí se dio cuenta que los negocios no eran su fuerte y que él sólo sabía jugar a la pelota. La verdad, es que él nunca se dio cuenta, el que se dio cuenta fue su contador cuando le dijo que sus números estaban en negro.
Alfredo, igualmente, no se preocupó por eso y empezó a manejar un taxi que le consiguió su primo Atilio. Durante 10 años como taxista, sólo lo reconocieron seis personas, mejor dicho dos, las otras cuatro se dieron cuenta que era un jugador de fútbol, pero lo saludaron al nombre de Ivar Stafuza, Albeiro Usuriaga, David Nazareno Bisconti y Pedro Pablo Pasculli.

El tipo se vino abajo. Sin el fútbol ya no era nadie. Ojo, cuando digo lo de venir abajo no quiere decir que se metió en la pesada, no, no, nada de chupi, falopa ni gatos, él era muy familiero, estaba deprimido pero jamás se alejó de su familia. Solo una vez. El año pasado. Mar chiquita. 6 de la tarde. Desde hace cuatro horas Norita, su mujer, lo buscaba, ya se estaba empezando a preocupar porque el Flaco no aparecía. Llegó a pensar que algún amigo fabulero le había contado la historia de Alfonsina Storni y el Flaco había hecho cagadas, pero no quería decírselo a sus hijos para no inquietarlos.
No había terminado de comerse el segundo bizcochito de grasa cuando comienzan a escucharse aplausos, lo primero que pensó es que el Circo Tihany había regresado después de tantos años a Mar Chiquita, pero no, estos aplausos tenían otro sabor, y cada vez eran más y más sentidos. Dejó el mate, las cáscaras de naranja, el tercer bizcochito y fue a ver qué sucedía, fue ahí cuando a lo lejos, logró divisar a Alfredito, subido en andas de un bañero mientras cada vez más y más gente se acoplaba en el aplauso. Ella corrió a su encuentro pero él se hizo el boludo mirando para otro lado, como ignorándola. Un anciano, al notar esto, se acercó a preguntarle: “Lo conoce a este hombre?...anda perdido como hace 12 o 13 horas, tal vez más…” Ella negó con la cabeza mientras esbozaba una pequeña sonrisa. Nunca lo había visto tan feliz al Flaco en los últimos 15 años.

1 comentario:

Unknown dijo...

buenisimo la verdad, el flaco un fenomeno!!